Llueve en bogotá,

hace frio, todo se inunda, todo se ensucia. Y allá estaba parada ella, aguantando frío como una pendeja, buscando no se qué. Esta vez llega sin llamara antes, es una mamera ir asi no mas porque normalmente esta hablando mierda con sus congéneres y muy buenas colegas y da pereza, a mi me da pereza irrumpir esas charlas de valiosos e importantes temas intelectuales, donde discusiones acerca de arte, diseño, actualidad mundial salen a flote.. Ja ja, en serio me da mamera. Cuando llegué, doblé por cierta calle y allí estaba ella hablando con un man. A mi me han tocado situaciones extrañas pero esa era una absoluta novedad. Era un man ahi, un paisano mundano, un nadie ahí, hablando con ella.

Ella me vio venir, estaba parada, recostada contra la pared, cuando me vio venir se incorporó y retiró el cabello de su cara de manera nerviosa. En un leve pestañeo pude ver lo que pensaba detrás de sus ojos: "..ay que situación tan jarta". Ni ella ni yo sabíamos que hacer, me parecío gracioso por primera y tal vez unica vez ver una expresión de lejana inocencia. El man volteó y me vio y tampoco supo que hacer. Yo permanecí inmutable. me acordé de las primeras veces que iba yo por allá nervioso, temblando, me paraba en la puerta para vver que nadie por casualidad me viera, sudaba frio, la pensaba y la pensaba, esperaba el momento perfecto para entrar. En aquellos dias, si yo me hubiera encontrado con este tamaño despropósito, me hubiera volteado y me hubiera ido pensando "ala, que situación tan jarta".

A cada paso, extrañaba yo el miedo, extrañaba los nervios. me hallé calmo, frio, sin el menor índice de crispación. Al lado, motos, un man en un carrito rojo analizando a ver a que horas metía el carro al garaje mientras intercambiaba señas con una prosti que procuraba con ademanes torpes decirle que allí estaría seguro. Pasé, lo miré, el man me vió y se agachó, pudo ver en mi expresión la dimensión del ridículo que estaba haciendo. Yo calculo que ya estaba a unos dos metros de ella. El agua, el polvo, el brillo de las luces proyectado en esta suerte de espejo callejero que es el andén, salpicándose aún por gotas remanenetes del aguacero aguantaban mi paso firme y despreocupado. Llegué, me aproximé a la pareja. me paré, e ignorando al sujeto le dirigí un pequeño saludo, lo que eliminó inmediatamente la sonrisa del caballero aquel. Inmediatamente volteé a mirarlo. Sencillamente, el mundo, el universo está gobernado por reglas únicas, univocas, naturales. Así como en la Física, la vida de los seres se encuentra regida por leyes y prescripciones naturales.

Los seres, desde esta óptica, se clasifican en dos clases. Parafraseando las discusiones bizantinas acerca de la naturaleza del hombre, quizá malinterpretándolas y extendiendo su significado un poco, hay seres que están arriba y otros abajo. Unos mandan y otros obedecen. "Yo estoy acá y tú estás allá". Uno, si se apoya con firmeza en la obsevacion de la naturaleza, podría pensar con cierta tendencia radical y exponiéndose a un vapuleamiento inmediato por aquellos corazones reaccionarios y pobremente "autoponderados" si me permiten la expresión, que confían en que la igualdad de los seres podría enmascarar el rechazo natural entre unos y otros, podría decir con toda franqueza que hay seres superiores e inferiores. Y en esa logica, me paro al lado del tipo, lo miro e intuitivamente percibe el orden de las cosas. Es como si un leon se tropieza con una presa y hay en la escena una hiena. A la última no le queda otra alternativa diferente a retirarse, porque sencillamente así son las cosas.

Tiempo de irte, lo siento por el caballero, que en el fondo de la lista tiene que complacerse d elo que yo a bien tenga para dejarle, de los despojos de mis placeres. Seguimos, le pregunté si había mi humilde presencia interrumpido algún negocio en curso. Ella me dijo que no importaba, que el dinero no había cambiado de manos. me alegra que ella también entienda la dinámica de la naturaleza. Tal ha sido y es mi obsesión con estas cosas que dificilmente puedo tener sensación o recuerdo de mi persona en el pasado. Me importa un culo ir, salir, me despido de cada una de las colegas de mis amigas, entre falsas promesas de "visitarlas" ja ja, que horror. Primero s epierde la cabeza, luego la consciencia, luego la verguenza. No se si haya alguien más putero que yo, me gustaría saberlo. pero lo que todo esto enmascara es una absoluta adicción al genero femenino. No son solo las putas cuya cuenta perdí hace tiempo, sino de "civiles" también. A veces me despierto con alguien al lado --sensación harto desagradable--, y reviso cuidadosamente mi billetera para ver si no me ha robado algo, ja ja, y me parece que ha sido una eternidad el haber amanecido con una mujer luego de tener relaciones. A veces no distingo con claridad una de otra, ayer precisamente estaba con una muy buena y gran amiga mia, una mujer encantadora como todas, incisiva como pocas, y bueno, llegado el momento de "aquello", sonando una y otra vez los Crash Test Dummies mientras pensaba "here we go again":


se me pasó por la cabeza agarrar mi billetera y pagarle. hasta estaba haciendo cálculos de cuanto iba a ser, pero esas son pequeñeces y nimiedades. Lo que subyace es la perversión de las sensaciones. Antes hubiera podido establecer la diferencia. Ahora no, me embriaga una frialdad absoluta, una necesidad inclemente del sexo femenino que me posee, me transtorna, me place, como una verdadera adicción. Pero lo disfruto con la vehemencia propia de un buen fornicario, me encantan y atraen las mujeres, no solamente el tema sexual. Me encanta verlas, tocarlas, escuchar esa voz suave y sedosa propia del género, escuchar y tratar de sentir lo que quieren comunicar, es una obsesión terrible. menos cuando es una vieja fea, esa subclase traen muy mala espalda: acuestese con una fea y verá, lo "salan" a uno, afean el estilo, lesionan la autoimagen.

Que se puede decir al respecto de el encuentro de hoy? absolutamente nada. Lo de siempre. Es como cuando una droga ya no le hace nada a uno y así uno va escalando, hasta que se muere. No se que siga, me va a tocar volverme asesino serial para ver si le encuentro gracia a algo, acudir a un grupo de 12 pasos o volverme cristiano. Por lo pronto, me he cornado como putero profesional. Destróneme si pueden.

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