Maldita semana

que comienza, lo unico que me gusta del lunes es que se acaba rápido. Y así se van los años, eso también es bueno, a ver si salimos de esta mierda rápido. Esos ataques de deseo racial no me dan desde hace tiempo. Hace un tiempo conocí una japonesa y en mi concepto son viejas muy cabezonas para mi gusto, además no sé, no son tan pequeñas como uno cree y eso no aguanta, además si hay algo dificil de encontrar en la vieja y pronvinciana bogota, sería una puta asiática, porque asiáticas bien putas por ahí si deben haber, pero vaya encuentrela,ja ja. y es que, no nos hagamos los guevones, para uno no fijarse en una negra, es muy berraco al menos para mi caso.

Recuerdo aquellos días de oro del santafé. Para aquellos afortunados que vivimos a plenitud y con suficiente madurez sexual aquellos años dorados, hablamos de los años 90, por ahí entre 94 y 99, el viejo santafé era un hervidero de culos, tetas, piernas por cada centímetro cuadrado. Y me acuerdo de esos años pequeños, enterrados entre millones y toneladas de pequeñas historias, época en la que los reservados eran un mito, antes de entrar en la onda de la "carnetización" cuando apenas habían brotes esporádicos y focalizados, donde uno sabía por referencias de esos lugares. recordar es vivir, me acuerdo siempre de una putica que visitaba con gran frecuencia: iba tantas veces como podía en mis años mozos, era una negra divina. Sumisa, suave, me permitió descubrir cada uno de los ángulos de su anatomía y el contrato putil, se dejó hacer cuanto a bien yo pude pedirle. Con ella descubrí o que se siente penetrar un ano, lo hacíamos en un cuartucho de un sitio que hoy no es más que algo más que una ruina.

me acordaba precisamente que un domingo, bajé a la caracas, cuando la caracas era !la! caracas, cuando vibraba de vida, hervía el concepto de vía arteria, porque parecía una arteria pero abierta ante el desconsuelo, cuando estaban esos paraderos de cemento donde los ñeros dormían, lo lavaban a uno los carros y había mierda, orines, borrachos, pasaban los cebolleros tetiados y lo juagaban a uno porque estaba vuelta mierda, era un asco la pobre caracas pero a mi, insigne ciudadano, me gustaba. Y ese domingo bajé a la caracas, me subí en un trompirojo que iba para molinos, me bajé, claro, en la 19. Y me fui para donde mi negra. En aquellos días no se podía caminar entre la 19 y la 22 por la caracas, era un suicidio, una descomunal exposición, uno tenía que subir a la 13, y bajar por la 22, cosa que hacía en minutos. Pasaba por el teatro tequendama, amor de mis amores, cita de putas y clientes, era a la entrada donde incluso lo acompañaban a uno adentro (ellas no pagaban boleta). Siempre estaban ahi dando sus peliculas europeas, a mi me daba cosita entrar porque eso estaba muy lleno de maricas y jinchos, normalmente seguía de largo y allí estaba mi negra preciosa.

No importa cuanto me esfuerce, no me acuerdo como se llamaba. Yenny? Yeimy? no, ni puta idea. Solo se que vivía a la vuelta. Eran épocas en las que pensaba que eran cosas pasajeras y ya, pero después de cada polvo solo quería más y más y más. Ese día llegué a pedirle varias de muchas cosas. Ella trabajaba en una entrada que aún existe; es sobre la calle 22, que antes era de occidente a oriente, como ahora, pero que por mucho tiempo fué de oriente a occidente. En la esquina de la 13a, había un teatro, cerrado hace mucho. Por esa cuadra bajaba y ella estaba siempre ahí, en una entrada que queda entre el teatro y una tienducha, al frente del parqueadero ese de telecom, creo. Es una puerta pequeña, oscura, hay una puerta de "vaivén" a lo taberna y un piso de baldosas rojas, muy gastadas. Antes era igualmente feo, pero no tanto, esa cuadra era dominada por las negras, las putas negras estaban relegadas allí. A la vuelta estaban las veteranas y las más "exóticas" disfrazadas de todas las manera sy colores posibles. A la vuelta, desde la 19 hasta la 26!! estaban tapizados los andenes con transexuales, travestis y transexuales, de todos los colores y medidas. Había una peluquería sobre la 14, abajo de la caracas, donde ahora un man vende arepas en un carrito, donde de dia estaba siempre allí los transexuales, arreglandose para la noche.

Y bueno, llegué ese domingo, que delicia. tenía la curiosidad de saber a que sabía un ano. Iba a darle el famoso "beso negro", a desmitificar una práctica a temprana edad como ha sido mi sana costumbre y así se lo comuniqué. La vieja, listo hágale, se puso en cuatro, le lamí con sed su vagina tersa y aromática (por eso ando extrañando a la negra, porque olían parecido), mientras me masturbaba copiosamente. le metí los dedos entre la vulva, rico, ella medio se rió, y después se acostó boca abajo. Le separé las nalgas, las abrí y helo allí, su ano rosadito, rojo por dentro. Al principio fue lamerlo así por fuera. Luego lamía desde la vagina hasta el ano, le metí un dedo, me fui emocionando y empecé a lamerla más y más y de repente, con mucho esfuerzo, le metí la punta de la lengua entre el culo. Nunca antes lo había hecho, ni estaba seguro si se podría hacer. Se la saqué, la nbrí bien y le metí la lengua un poco más, ella permanecía indiferente, como "haga lo que quiera". De repente la saqué, cogí con la mano y me la pasé por la lengua para limpiarme los bellos pubicos y de repente en mi mano quedó una pequeña, muy pequeña manchita café.

A mi me dió impresión, me dio miedo una infección o algo, al mismo tiempo que fue terriblemente excitante. No se me olvida el gusto ferroso que tiene el recto por dentro, es una mucosidad suave, al principio sabe medio a mierda, pero luego sabe como a saliva, el olor a culo es exquisito, no el olor a mierda, eso es distinto aunque a veces se relaciona. Y luego sabe ácido, muy ácido, es como comerse un paquete de papas: no hay cómo detenerse. Medio la penetré, me vine y a correr. No pasé saliva hasta mi casa. Llegué, me eché agua, jabón, sampic y alcohol. Hice gargarismos con sampic y alcohol, luego isodine. Me dañé el sentido del gusto casi un mes, no sabía a nada, no sentía sabor de nada, solo sentía frio o caliente y todo me sabía a químico, a mierda. Pero valió la pena. lo haría hoy mil y mil veces más.

En esa época no tenía estandarizado un protocolo de exposición-riesgo e higiene, como hoy, como lo he descrito, es una serie de medidas y rituales que hago después de cada polvete, con putas y civiles, porque últimamente he conocido una serie de señoritas de las que no puedo dar fé de su pasado. Antes, uno si tenía novia, se la comía a veces con condón. Hoy ni yo me arriesgo. Seamos honestos: ellas se han vuelto medio guarichas, no todas, pero es un grupo creciente. Así pues, solo lo inevitable para mí. De hecho con el tiempo le he cogido asco al contacto directo con secreciones vaginales, porque aunque me gustan, son suaves al tacto y huelen y me encanta a manera de preámbulo tomar un poco con los dedos y esparcirlo cual vaselina en los labios de la fémina, para luego devorarla en besos "especiales", o en los pezones, a mi me irritan a veces la piel del pene y del saco escrotal. A veces es muy pegajosa, y además lo dejan a uno miando para todos lados. Ya no me gusta su contacto directo, prefiero todo con intermediario ja ja. También pasa que a veces vienen con muchas bacterias y organismos similares y bueno, las consecuencias no son para nada agradables.

Así pues, úrgeme la negra. Y por ahí derecho han sido infinidad de veces las que me he comido una negra, pero ésta fue singular, porque fue la primera o de las primeras y la última. Necesito un reemplazo, antes de que se me explote mi ya engrosado y pesado pene de tantas pajas condimentadas con aceitico de mano de res y la colección completa de "Sista", porno de lesbianas negras y mi titulo favorito: "Sin-A-Matic", no recuerdo el numero, pero recuerdo bien que es un man que se come como una docena de negras al tiempo. Hace un tiempo, uno cuando conocía una mujer y empezaba a tener relaciones con la china, se desencarretaba algo de las putas. Hoy no. Ahora quiero ambas.

Sucede que cuando uno se dedica a las actividades putiles, de manera profesional como yo, de alguna manera tiene una doble vida. Uno, es el que esta y va con las putas, el otro es el man bien, el tipo lindo y chevre que sale con viejas normales. Uno no se come a la novia de turno como se come a una puta, entre otras, porque la sensación es diferente. Pero a poco a poco se va borrando la frontera, se va uno despersonalizando de su ser e impone el placer por encima de la gente. Y no hay ocasión más rica y placentera en la vida de un pequeño degenerado como yo. Pero, la gran disyuntiva ahora, es que llega una etapa en la vida en la que uno solo quiere comerse lo que quiere comerse y punto, se vuelve uno selectivo. Y si bien no hay buenas putas o mejor, no la he encontrado, la opción civil, no representa una buena idea a veces, porque uno tiene que lidiar con toda clase de especímenes. A veces no hay por más que uno busque: rumbas, trabajo, fiestas, amigas de amigas, amigas de amigos y de repente se ve tentado uno a caer en la máquina diabólica por excelencia: internet. Y allí está mi castigo kármico por mis malas y deliciosas obras. Como ya lo dije, uno por internet le baja los calzones mas rapido a cualquier estupida que se deje engatusar que si la conociera en persona, pero, y he ahí la gran trampa: si uno la conociera en persona, jamás le bajaría los calzones! ja ja ja.

la cosa es que por internet es muy facil convencer a una mujer de cualquier cosa. Se sirven en bandeja de plata, si se sabe manejar el asunto. Pero mi acervo "online" solo deja resultados positivos de manera marginal, ni siquiera las prepago suelen corresponder a la foto, aunque sean la misma india. Así pues, desde hace un tiempo ya largo, dejé de lado el tema del internet porque ahí solo se encuentran mujeres del estilo suicida, marginales, gordas, feas, viejas, con defectos físicos o todos al tiempo! ja ja ja, una vez una vieja me mandaba fotos pero solo de la cara, yo oliéndome el gato encerrado, le pedí una foto de cuerpo entero, muy sutilmente y oh! sorpresa! quería una cita conmigo, el problema es que a ella le tocaría conseguir un montacargas. No suelo congeniar con el genero porcino, así que pues no se pudo. Y demás seres de apariencia cuestionable que quieren conseguir marrano que las desvare del verano eterno y las rescate del club del Pajaro Jamás Visto.

Internet? No! yo se que yo poseo un don en los dedos para escribir mierda y puedo poner a la misma reina de inglaterra a que me de una mamada a punta de e-mails, pero no, aunque yo pueda hacer maravillas online, no, yo he hecho demasiados osos en público con viejas horrendas en citas a ciegas fallidas. Y eso me pasa por guevón, en las últimas si era abeja y ponía las citas donde yo pudiera ver, o llegaba antes para analizar la situación y me pude volar, pero en otras no y no e spor nada, pero uno entra con una mujer bonita, como me ha pasado todo este fin de semana a cualquier lado y la atención es mejor, la gente se porta diferente con uno; siempre lo he dicho, las buenas hembras dan buen estatus. Pero yo, naaa, solo por echarme un polvo al gratín o de puro goce me he ganado severos arremuescos, me he sentido terriblemente avergonzado, es que la gente lo mira a uno, mitran a la vieja, lo vuelven a mirar a uno y lo ven con cara de "uf! mucha gueva". No se me va a olvidar nunca la cara que me hiceron un par de viejas cuando yo entro con semejante chimpancé a x lugar y una de las viejas me ve, ve al antropomorfo, me mira con rabia, llama la taneción d ela amiga, nos señala, todo con mucha discreción y me voltean a ver con cara de "usted si es mucha gueva" hasta miraron rayado al homínido hembra ese, y el colmo y no exagero: el celador, un hijueputa celacho se quedó mirandome a ver si yo estaba como emburundangado o algo! así de "jeo" era el animal ese.

Si algo yo he aprendido es que a uno lo miden según la mujer que lleve al lado. Por eso yo no ando con plaga que me apeste la imagen. Pero por guevón, esos chascos me han pasado varias veces ya. Pero bueno, ya no más de eso. Mi negra la pienso hallar y con fines de culeada y no más, en el mundo real, en el de carne y hueso, no chimbeando por ahí en internet.

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