lunes, 3 de enero de 2011

I´m back!

Back in black, un clásico, venia escuchándolo el otro día. me la se en batería, nada del otro mundo. Bueno, 2600 metros mas cerca del lodo, de la crapulencia y la inmundicia, perfecta combinación para mis pestilentes actividades. Vino y se fue otro año, yo no s epor que la gente se emociona porque pasa algo que dejo de ser "algo" hace rato.

me bajé yo en mi viejo terruño, en el feudo de mis actividades genitoputiles, y de inmediato mi glorioso pene, elemento insaciable de mi corporalidad, me imprecó acerca de un aguinaldo que le habia dejado pendiente luego de tomar un pequeño sojourn. A menudo sostengo dialogos internos con el ariete de mi concupiscencia, llamenlo locura o delirio, pero apenas éste grácil y versátil adminículo sintiose en sus dominios, imprecó sin tardanza por su aguinaldo. Le había prometido un ano terso y delicioso para que rompiese la estrechez natural del recto con sus 14 centímetros de grosor y 16 cms de largo parejo ascendiendo, escurriendose entre el intestino adolorido de aquella doblada en cuatro. Oh si! eso iba a hacer precisamente, buscar un recto donde alojar mi grueso y delicioso pene.

Por pura casualidad, honestamente hablando, fue la pura casualidad, encendí mi viejo comcel, que cargaba apagado por falta de cobertura. Gran sorpresa me dio cuando minuto a minuto iba llegando uno por uno, los mensajes de una joven y bella transexual a quien no visitaba hacía ya varios meses. Dice mi celular: "de 748: usted recibió 1 llamada bla bla bla". En total, 45 llamadas perdidas, 7 mensajes de texto, 2 correos de voz. Escuché los mensajes. Apenas escuché su voz suavizada por toneladas de hormonas (ella se automedica con dosis superiores a las prescritas, cosa que celebro en suma porque cuando le baja se pone muy "machita" ja ja), mi pene entró en jubilo y, en mis delirios de verano me lo imagine haciendome un guiño cómplice. Picarón picarón, con que eso es lo que necesitas para saciar tu voracidad!! concedido!.

Iba en el taxi para mi casa y llamé a valeria. me contestó al segundo timbre. La verdad el saludo no fue muy efusivo, ya expondré por qué. Concretamos una cita para ayer a las 5 de la tarde, eran las 12. por lo tanto, pasé la trade impacientemente, caminando de un lado a otro, me retumbaba algo en la cabeza "tengo algo especial para ti". Oh dios, estaba que explotaba de la excitación sexual, que palabras, que morbo con las que las habia susurrado. de repente se dieron las 5 d ela tarde. El sitio convenido es un motel donde viven desplazados y trabajan otros trans, en pleno centro. Allá llegué yo, la llamé, le timbré y no contesto. raro. Insistí: tampoco lo hizo. Entonces empecé a suponer que quizá ella pretendía abonarme una lección: a ver quien era más indiferente, fui, di una vuelta, y se me ocurrió llamar ya por ultima vez. Y en esas contestó. "listo ya nos vemos".

Llegué yo al motel y ella estaba dentro, en el corredor, nos saludamos, escogimos una piecita mas bien modesta, seguimos y comenzamos a hablar mierda, de esto de lo otro, de todo un poco. Mira lo que te tengo, irrumpió de repente, sacó una bolsa verde y de ésta, un par de de tacones. Se quitó las botas, se deshizo del jean y quedó en minifalda con un par de brillantes medias blancas, rotas por la mitad de las que caia su pene hormonizado. Vestida con su minifalda, medias brillantes y tacones, se dibujaba una figura femenina perfecta, mientras se masturbaba y se ponía el condón, yo ya estaba listo. Se subió sobre la cama y se la comencé a chupar ansiosamente. pude notar con el desarrollo de su erección que estaba particularmente excitada, luego se bajó y comenzó a chuparmela con maestría. la jale del pelo, se lo metí hasta el fondo de la boca y ella apenas respondía sumisamente. Se lo volví a chupar, sus testiculos disminuidos, los contornos de sus genitales expelían una aroma deliciosa, entre sudor y piel, una aroma intoxicante.

Y volvió a chuparmela, apenas le dió dos chupones y de manera súbita, se puso en cuatro, se lubricó el ano y me dijo "dale, metemela", en realidad estaba excitada. se lo metí con suma dificultad, ella apenas exclamaba "ayy, esa vergota suya mmmhhh!" mientras se masturbaba freneticamente. Y poco a poco, la pude penetrar hasta el fondo. Yo siempre he sospechado que en una penetracion anal, usualmente más que ceder el ano, el pene se envuelve en los pliegues y contornos del culo y da una falsa sensación de penetración, pero iba dispuesto a confrontar dicha teoría. Una vez penetrada, cuando mis testiculos golpeaban los suyos, ella se dobló en forma de "S", se incorporó, doblandome ligeramente el pene, abrió la boca y comenzó a repasar la punta de la lengua contra su labio superior mientras se masturbaba y me susurró: "dame un besito". A partir de ahi, la relación, el contrato putil sube de nivel. No solo la besé con deseo, con suavidad, sino que nos vimos compartiendo pequeños afectos mutuos, confesándonos cariños y afectos especiales y escondidos bajo el manto de la relación putil. Le confesé sin pudor que me encantaba infligirle dolor en el ano y sodomizarla impunemente, que me fascina, como en efecto sucede, y que me excita sobremanera. Ella apenas asintió y contestó: "rompeme el culo si quieres", entre su aliento tibio, entre besos, entre labial.

Mie pene llegaba hasta el fondo, ella respiraba rapido y con dificultad, en ese preciso momento, le pedí que se volteará, "mami, dame pollo asado". Se acostó sobre la espalda, puso un cojin para reposar la cadera, y por primera vez pude ver como mi pene desaparecía por su ano mientras ella retorcía sus gestos y se masturbaba. No aceptó mi ayuda para masturbarse, en lugar de eso me reposé sobre ella y empecé a sodomizarla como a una mujercilla indefensa, podía verme rebotando sobre sus piernas abiertas mientras la besaba como si la estuviera devorando, ella entre besos nuevamente me decía "dale duro, con todo" y asi procedi, desgarrandole gemidos, de repente pude sentir las pulsiones en mi glande que avisaban que estaba eyaculando. me incorporé y pude ver nuevamente mi pene empalando a esta escultura del deseo. Se lo saqué procurando mantener el condon en su sitio: a veces el ano, succiona el condón y se queda dentro el culo.

Ella me dijo "hagale fresco, si quieres puedes tocarme, morbosearme, venirte encima, como quieras", jm, tentadoras opciones. La acosté boca abajo mientras con una mano me masturbaba y con la otra le penetraba el ano irritado. me masturbe con su culo, con sus medias, con sus tacones y finalmente dejamos así, sin venida. me dijo que que pena, que estaba super arrecha, que la excita mi pene desgarrandole sus intestinos, se limpió el ano, yo le ayudé a secarlo y a retirarle un tapón que se habia puesto para detener las secreciones naturales del ano en su esfuerzo de distenderse de modo anormal. Nos abrazamos, nos besamos nuevamente, por fin me ragaló sus panties, una tanguita de color crema, muy simpática, anudada en la mitad, repleta, hediendo a emanaciones intimas, detras del nudo: huele a ano, a sudor, delante a sexo, aromas humedas e inciensarias. Los guardé en una ziploc para conservar los aromas tanto como se pueda. Me gusta, le gusto, culeamos como un par de cavernarios, en conclusión, un auténtico "bocato di cardinale".

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